Solo basta por caminar sobre las principales calles del Centro de Tijuana o la línea internacional para ser abordados por algún pedigüeño, mujeres, niños hombres, gente mayor, con aspecto descuidado o sin él.
Algunos por necesidad, mientras que otros ya establecidos ven en el pedir un negocio altamente redituable, generando mala imagen para los turistas.
Una "invasión", así lo catalogó el presidente de los comerciantes de la Avenida Revolución, Julián Palombo, asegurando que la mendicidad ha aumentado en la ciudad y no aportan nada al desarrollo, "solo estiran la mano, pero en realidad no lo necesitan".
El dirigente ve una urgencia en realizar algún estudio, ya que considera que muchos de ellos empezaron haciéndolo como una necesidad, pero al darse cuenta que es un negocio lucrativo, lo tomaron como forma de vida, enfatizó.
Hay gente que tiene propiedades de alto valor, y por ello afirmó que "la mendicidad es muy lucrativa", y tienen repartidos sus lugares, y toman la decisión de "sacar a muchos de la calle que no tienen por qué estar allí".
Muchas de estas personas están concentradas en el Centro Histórico de la ciudad y en la zona aledaña de la línea, ya que es un lugar donde arriban turistas, quienes generosos aportan dinero o les regalan cosas.
Las personas que vienen de Estados Unidos son generosas, y creo que se debería prohibir el dar limosna, porque mientras no exista una regulación, muchos de ellos aprovechan la actividad de pedigüeño, para cubrir actividades delictivas.
"Se manejan como limosneros, pero también practican la delincuencia", denunció.
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