Hace algunos años la compra y venta de drogas duras en la frontera se limitaba exclusivamente a la zona centro, especialmente a la turística avenida Revolución, sin embargo asociaciones civiles advierten de un nuevo fenómeno: la adquisición de narcóticos en la canalización del río Tijuana.
Dentro del arroyo de concreto que atraviesa la ciudad y en su zona norte sirve como límite territorial entre México y Estados Unidos existen tres "conectas de droga", según han detallado autoridades estatales y municipales.
La Asociación Civil Prevencasa dedicada desde hace más de dos décadas al intercambio de jeringas en Baja California, ha documentado en los últimos meses un incremento en el número ciudadanos americanos usuarios de drogas, que cruzan la frontera exclusivamente para adquirir lo que han bautizados como "vaqueros" o "speedball".
Rosario Lozada Coordinadora de Proyectos de Prevencasa explicó que la droga conocida como "Speedball" comúnmente era una combinación de heroína y cocaína; sin embargo ya se ha tijuanizado para provocar efectos más prolongados.
Dentro de la canalización del rio Tijuana, la mezcla se realiza con heroína y cristal y es aplicada por algunos narcomenudistas a los que comenzaron a llamarles "Doctores", "muchachos que están dentro de las conectas que encuentran la vena y saben cómo inyectar bien sin provocar abscesos".
"Viene gente caminando, en bicicleta y en carro que vienen todavía con sus uniformes, se inyectan y se van vienen por que en Estados Unidos es más penado. Los identificas por que vienen limpios, incluso le traen agua y galletas a la gente del Bordo", revela la abogada.
Explica que el Speedy o "vaqueros" se han convertido en la droga de moda, supliendo a la cocaína que se cotiza en las calles en precios altos. La Asociación Prevencasa estima que la en el Sur de California la dosis de heroína cuesta veinticinco dólares mientras que en Tijuana cinco.

Casos documentados
El consumo de drogas duras en Tijuana por parte de ciudadanos americanos ha comenzado a prender focos rojos en Estados Unidos desde el
2005. En esa entonces Aaron Rubin de apenas 23 años, un joven que residía en Escondido, California y luego de adquirir en la zona centro drogas controladas como la
oxicodona y la hidrocodona , sufrió un infarto y dos paros cerebrales que lo han dejado imposibilitado de por vida.
En San Diego el consumo de drogas controladas que pueden ser adquiridas sin receta médica en Tijuana, ha causado la muerte de al menos 267 personas superando las muertes por accidentes vehiculares que ascienden a 63, según reportes de la Fiscalía del Distrito Sur de California y el Centro Para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos.
Su madre Sherry Rubin, reveló en entrevista que su hijo era fanático de viajar a Tijuana, al casino "caliente" y surtirse de drogas en la zona centro de la ciudad.
Consideró que las autoridades de ambos países deben poner atención en la venta clandestina de drogas.
Laura.Sanchez@sandiegored.com