Con la ceremonia de graduación, los participantes del programa concluyen una etapa de preparación e inician a poner en práctica todo lo aprendido en 16 meses de capacitación que utilizaron para crear distintos proyectos comunitarios, como lo son talleres de danza folklórica, murales, jardínes urbanos y centros recreativos con propósito de transformar a Tijuana.
Al evento asistieron, el Lic. Raúl Castañeda Pomposo representando al Gobierno del Estado; El Lic. Carlos Reyna en nombre de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC); La coordinadora del programa a nivel global, Monya Kyan; El coordinador en Latinoamerica, Francisco Diez y el fundador, Forest Whitaker, para felicitar y reconocer el esfuerzo de los pacificadores graduados.

En presencia de las autoridades y compañeros, una de las jóvenes armonizadoras, Judith Huerta, se levantó para agradecer y narrar su experiencia. Al respecto comentó que la iniciativa de Forest Whitaker les proporcionó herramientas que pudieron utilizar, no sólo en sus proyectos, sino en la vida diaria. En sus casas y en la escuela principalmente.
"Pude discernir la oportunidad de progreso, de prestar servicio a los demás, de adquirir conocimiento y conocer nuevos amigos, así como mantener la esperanza de poder cambiar nuestra ciudad" agregó.
Poco después, el Lic. Carlos Reyna dirigió unas palabras a los "pacificadores" y expresó su interés en el programa, desde un punto de vista académico y cultural, subrayando que todos podemos convertirnos en actores de cambio:
"Me da mucho gusto, sobre todo porque en múltiples ocasiones el rector nos ha comentado a a todos los que somos funcionarios de esta universidad que tenemos que transmitir un sentido de amabilidad, de hacerle saber a la gente que en México tenemos derecho a ser felices, que siempre estamos llenos de malas noticias, que los mexicanos no podemos y al contrario, tenemos que generar un cambio social y de mentalidad. El mexicano es grande, el mexicano puede y transforma".
Por su parte, Forest Whitaker, conmovido por los testimonios de otros jóvenes participantes, agradeció el esfuerzo y dedicación que puso cada uno al trabajar en su proyecto, ya que finalmente, su intención era canalizar su energía para generar distintas actividades que también contribuyeran al sano desarrollo de niños y adultos fuera del programa.

"Hoy es un día muy especial, y estoy agradecido por poder compartirlo con ustedes. Ante todo, con nuestros jóvenes constructores de paz, que han pasado los últimos meses desarrollando habilidades como transformadores de conflicto y constructores de una comunidad que trabaja incansablemente para un lograr un cambio real".
Comentó la inspiración que sintió "por sus ideas y amor a la ciudad que llaman hogar" y aplaudió que los jóvenes lucharan por combatir distintos problemas, como la drogadicción, violencia y pobreza. A partir de este día, los 17 hombres y 17 mujeres que entraron al programa, no volverán a ver el mundo con los mismos ojos. Lo mismo se espera que suceda, próximamente, con otras ciudades alrededor del mundo.
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Elizabeth.rosales@sandiegored.com