A pesar de contar con un amparo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Ayuntamiento de Mexicali le había puesto varios obstáculos a la pareja, desde supuestas firmas mal hechas hasta negarles el certificado de que asistieron a las pláticas matrimoniales que el estado require.
Luego fueron obstaculizados debido a una denuncia interpuesta por la Asociación de Familias de Baja California, argumentando que ambos padecían de "locura". Hoy, un juez de primera instancia determinó tal queja como improcedente, y bajo la creciente presión social (y legal) en Baja California y en medios extranjeros, el Registro Civil de la ciudad accedió, casándolos en una ceremonia afuera del Palacio Municipal.
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Incluso, el mismo alcalde panista de Mexicali, Jaime Díaz Ochoa, quien en la última semana fue acusado de ser el responsable de impedir la boda, salió a felicitar a la pareja y declarar que "respeta los derechos humanos." Al mismo tiempo, iniciaba una marcha civil contra la homofobia, organizada en los últimos días en apoyo a la pareja.
Vía Animal Político
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