Aida nos cuenta que nunca imaginó que su vida estaría dedicada al arte; estudió en la Universidad Autónoma de Guadalajara la carrera de Biología, sin embargo, ella misma recuerda que siempre se hallaba haciendo pequeños dibujos y bocetos.
En un tiempo de su vida trabajó como funcionaria de gobierno y en ese lapso, tuvo contacto con artesanos mexicanos y la magnitud del arte popular, la llevó poco a poco a incursionar como artista; en un primer momento y acaso por influencia de los artesanos, trabajó el manejo y construcción de muebles con intención artística.
Las raíces de su creatividad, menciona, fueron herencia de su madre, quien solía ser una mujer muy creativa.
Era de esas señoras de toda la vida, que siempre estaban haciendo algo con migajón o con resina.
Desde entonces, suma más de 25 años de carrera artística, en donde ha dado forma y color a través de las posibilidades del mosaico, género al que se acercó luego de su experiencia con los artesanos mexicanos. Sin embargo, menciona, también fue un punto de investigación y culturización alrededor de dicho género artístico.
Sobre su consolidación, Aida menciona que una artista nunca se consolida completamente, porque siempre está en búsqueda de creaciones nuevas. Como creadora, lo que necesitará para el porvenir, es tiempo. Tiempo para crear, así como para ella misma.
Desde sus inicios, la obra de Aida Valencia ha captado la mirada de coleccionistas, así como de usuarios afines al arte, logrando así colocarse como una de las artistas mejor valoradas de la región.
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