La transparencia política e institucional se presume como uno de los supuestos baluartes de la política mexicana. Desde el surgimiento de la ley en materia, la transparencia y rendición de cuentas de la información generada por los gobiernos se ha vuelto parte del discurso político y se asume como un elemento más que democratiza nuestra vida pública.
A través de las distintas unidades de transparencia, la clase política pone a disposición del ciudadano común información presupuestal, parlamentaria, estadística, de administración pública y los movimientos en general que se producen en el seno, en este caso, del congreso bajacaliforniano. Pero ¿Cuál es la verdadera utilidad de poseer acceso a información de vital relevancia para la ciudadanía, si ésta no es consultada?.
Según el informe anual de solicitudes del 2013 (último registrado) del portal de transparencia del poder legislativo del Estado de Baja California, las solicitudes electrónicas de información, ascendían apenas a 165, de las cuales han sido respondidas, en su totalidad, 150. Con una población, según el INEGI, de 3, 155, 070 habitantes en el estado (de los cuales podríamos considerar a al menos 2 millones, como posibles consultantes), las solicitudes de información realizadas al Congreso del Estado representan apenas el 0.00522%.
Más allá de que la información registrada en el portal de transparencia del Congreso sea de tipo administrativo y a veces de difícil lectura, la escasa cantidad de preguntas recibidas en un año, llaman fuertemente la atención, sobre todo si consideramos que de las 165, al menos 37 se hicieron desde otros estados, lo que demuestra todavía más el poco interés de los bajacalifornianos por acceder a información que evidencia el desempeño de su autoridad legislativa. Destacamos también que según las estadísticas, las preguntas restantes fueron hechas por 128 consultores, la mayoría de ellos entre los 30 y 60 años y con un grado de estudios de licenciatura o superior.
Dichas estadísticas no registran al total de visitantes que recibe el portal, sino únicamente la parte de ellos que solicita información, estas solicitudes siguen siendo bastante bajas, en consideración con el índice demográfico del Estado y con la relevancia de la información considerada. Ello se vuelve aún más preocupante si suponemos que las estadísticas en otros Estados son relativamente similares. Es decir, a pesar de la existencia de leyes que favorecen la transparencia y la rendición de cuentas, al menos en el caso del Congreso de Baja California la sociedad no reconoce esta regulaciones como instrumentos de supervisión de las acciones y resultados de sus gobernantes.
Tal desinterés de la población por el uso que hacen sus diputados de los recursos que sus impuestos recaudan, entre otras cuestiones, evidencia un estado de ignorancia y pesimismo que se perpetúa, por ese mismo desinterés y que puede traspolarse a otros ámbitos de la sociedad mexicana, no sólo por el escaso acercamiento a información que se encuentra a un click de distancia, sino porque probablemente, mucho de los habitantes del estado ni siquiera están enterados de esta posibilidad. La situación actual no sólo deja en una posición cómoda a la clase política mexicana, sino que priva a la ciudadanía de un recurso invaluable: la información.
Es necesario, entonces, generar una conciencia de interés entre los habitantes del estado de Baja California, a fin de que estos puedan poner en cuestionamiento los métodos y los recursos puestos en juego por la clase política que conduce las riendas de la población, porque el estado actual sólo conduce a un círculo vicioso que mantiene unas condiciones en las que el ciudadano común aparece, por lo general, en clara desventaja.
Publicación original de nuestros amigos en binomio(1+4).
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