La Canciller alemana, Angela Merkel, habló personalmente con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, después de que salieron a la luz reportes de que el gobierno estadounidense ha estado espiando sus llamadas por teléfono móvil personal.
El gobierno Alemán aparentemente se enteró a través de los documentos que el ex contratista de la Administración de Seguridad Nacional de EE.UU., Edward Snoweden, ha publicado.
Merkel platicó hoy por teléfono con el presidente Obama, y éste a su vez le aseguró que "los Estados Unidos no está monitoreando o no va a monitorear las comunicaciones de la Canciller Merkel", según el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. Ojo, no dijo nada sobre "no haber monitoreado" las conversaciones, lo mismo que repiten ante las otras acusaciones de espionaje en México y Brasil.
Merkel comentó que "tales prácticas deben de parar inmediatamente", y que estas acciones podrían poner el peligro las relaciones bilaterales entre ambos países, que históricamente han sido grandes aliados trasatlánticos y compartido información sensible.
Igual que en otros países, las reacciones al tema del espionaje llevado a cabo por el gobierno estadounidense tiene mucho que ver con las políticas internas de cada región.
En Alemania, Merkel no había sido tan enérgica con sus declaraciones ante acusaciones previas de espionaje, ya que los alemanes dependen mucho de la inteligencia americana para prevenir ataques, recuerda la AP, como en el 2007 cuando gracias a ella, se previno un ataque terrorista contra soldados norteamericanos y ciudadanos alemanes.
Pero la oposición política y activistas pro-privacidad han aumentado la presión para que la Canciller respondiera más ferozmente a las acusaciones.
En México, al parecer a nadie le importa.
Contacto: jose.sanchez@sandiegored.com