¿Cómo es esto posible?
Pues bueno, el queso contiene caseína, una proteína de liberación lenta que se encuentra en la leche de los mamíferos. Así, al comer queso, u otro tipo de producto lácteo, esta proteína comienza a procesarse y a liberar casomorfina, lo cual provoca placer, como la mayoría de las drogas.
Este efecto te hará querer más y más queso después de haberlo comido, lo cual tiene sentido pues es prácticamente imposible comer solo una rebanada de pizza.
Y hablando de pizza, el equipo de científicos de la Universidad de Illinois que se encargó de este estudio también descubrió que el alimento con queso más adictivo es precisamente este:

Así que ya lo sabes. Si no puedes dejar de comer pizza no tienes problemas con la comida, simplemente hay reacciones químicas ocurriendo en tu cuerpo.
Vía: LadBible y Daily Mail
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