México.- La inestabilidad detectada en la mina de carbón mexicana donde hay cuatro trabajadores sepultados desde hace más de tres días ha complicado las labores de rescate, que mantienen en vilo a decenas de familiares de las víctimas, informaron ayer viernes fuentes de Protección Civil.
"Ha sido un trabajo complicado, no está estable la mina en la parte central y es la razón por la que se tuvo que hacer todo el trabajo de conexión de otro pozo" al del accidente, reveló la directora general de Protección Civil, Laura Gurza.
La situación progresa en el pozo de carbón de Sabinas, de 58 metros de profundidad y localizado en el norteño estado de Coahuila, donde la madrugada de ayer fue rescatado el cadáver de Julio César Sifuentes Vásquez, de 33 años, con lo que murieron las esperanzas de su familia de hallarlo con vida.
La nueva víctima de la explosión registrada el martes pasado por acumulación de gas metano en la mina de Sabinas deja huérfanos a dos pequeños y a un tercero que aún no ha nacido.
En la tarde y en la noche de este viernes fueron rescatados tres cuerpos más, con lo que suman diez los cadáveres extraídos del pozo.
El paso de las horas agota las ya remotas posibilidades de rescatar supervivientes, pero las familias confían aún en que cambie la suerte de los suyos, hasta ahora muy desfavorable.
Gurza es de quienes piensan que "no hay expectativa de vida" en la mina, ya que "la explosión (de gas metano) fue bastante severa", por lo que advierte que lo que queda es "la extracción de cuerpos".
Esta tarde, los parientes de los desaparecidos se reunieron con la brigada de expertos chilena que llegó el jueves a la zona para "atender sus inquietudes", un encuentro en el que participó también el ministro mexicano de Trabajo, Javier Lozano, dijeron fuentes de la dependencia.
El secretario explicó a la emisora Radio Fórmula que en el encuentro se constató que los enviados chilenos "avalan completamente el trabajo" de los técnicos mexicanos y rescatistas.
Lozano también señaló que los trabajos no han sido detenidos "ni un solo minuto" en el pozo 3, donde se presume que podrían estar los cadáveres que faltan por hallar.
"Espero que antes del domingo tengamos noticias, no lo puedo asegurar. Las cosas se están haciendo bien para que así ocurra", añadió.
También hoy, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) recordó que en México "se han documentado conductas tolerantes y omisas de servidores públicos" para hacer cumplir la ley en materia de seguridad e higiene en las minas.
Este organismo público desplazó a su personal a Sabinas para seguir la situación y detectar posibles violaciones a los derechos humanos de los trabajadores y de sus familiares.
La CNDH ha pedido ya "medidas cautelares" a los ministerios mexicanos de Economía y Trabajo, para "garantizar la vida, integridad, y en su caso, el rescate de los cuerpos de los trabajadores de la mina".
Los cuerpos de los 65 trabajadores que perdieron la vida en el peor accidente minero de la historia reciente de México, ocurrido el 19 de febrero de 2006 en el yacimiento de Pasta de Conchos, también en Coahuila, nunca fueron recuperados.
Tras la nueva tragedia y para el futuro, la oficina del ombudsman mexicano, Raúl Plascencia, pidió a las autoridades y empresarios esmerarse en que los trabajadores cuenten con "equipo de protección adecuado para el desempeño de su labor".
También solicitó a las compañías que consideren "el uso de 'metanómetros', instrumentos indispensables" en los pozos de carbón para medir las concentraciones de ese gas y alertar a tiempo de posibles situaciones de riesgo.
La organización civil Familia Pasta de Conchos, constituida tras el accidente de 2006, indicó que en las inspecciones realizadas por las autoridades de 2008 a 2010, de 21 empresas examinadas, sólo dos los tenían.
Recordó que de 32 minas inspeccionadas, en 17 se detectó que había condiciones de operación que ponían en peligro la vida de los trabajadores, pero ninguna de ellas cerró.
