Desde que Joaquín "El Chapo" Guzmán se diera a la fuga en dos ocasiones de distintos centros de máxima seguridad en México, la deficiencia y corrupción que existe dentro las prisiones del país se ha puesto en evidencia como nunca antes.
Con sus escapes de película el narcotraficante ha demostrado que es posible burlar la seguridad mexicana y no sólo en una ocasión. Pero, no se necesita ser un poderoso capo para fugarse pues diversos delincuentes ya lo han intentado y logrado.
De acuerdo a estadísticas dadas por la Comisión Nacional de Seguridad, alrededor de 590 prisioneros escaparon entre 2010 y 2015 de cárceles mexicanas. Un promedio de dos reos por semana.
Las cifras muestran que los escapes masivos en zonas donde se daba una batalla contra el narcotráfico, llegaron a un alto nivel en 2010. En ese año, en Nuevo Laredo, Tamaulipas, se produjo la mayor fuga de reos en la historia; aproximadamente 141 presos escaparon del Centro de Ejecuciones de Sanciones de Nuevo Laredo.
El 25 de mayo de 2011 en Reynosa, Tamaulipas, se escaparon 17 reos. El 28 de abril de 2013 tres reclusos de alta peligrosidad se fugaron del Cereso de Tapachula. El 11 de agosto de 2014 huyeron siete prisioneros de la cárcel de Santa Martha Acatitla, en ese caso, la Procuraduría de la capital solicitó órdenes de aprehensión contra custodios por su presunta responsabilidad.
Con información de VICE y Excelsior.
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