Dado que estamos a pocos días de que llegue Halloween y el Día de los Muertos, te presentamos 8 de los lugares y casos más raros y tenebrosos en nuestro país.
1. El Panteón de Belén en Guadalajara
Era el tiempo de la Nueva España, el hambre, las epidemias y la falta de espacios funerarios, hicieron que el terreno vació a un costado del Hospital Civil se habilitara como cementerio. En ese entonces era El Panteón de Santa Paula y por costumbre obtuvo el nombre de Panteón de Belén.
El lugar pasó de ser una fosa común a recinto de ricos e ilustres. Actualmente puedes llegar diciéndole al taxista (que no conoce su ciudad) que te lleve a la Semefo que está justo a un lado del panteón.
El lugar está lleno de historias de terror, leyendas y apariciones. Una de las historias que más cuentan los guías de turistas, es la de Nachito o Ignacio Torres Altamirano, el niño que le tenía miedo a la oscuridad y que apareció muerto. Su tumba está sobre la superficie y la gente acostumbra dejarle juguetes o dulces porque temen que el niño los siga hasta sus casas.
Cada lápida tiene una historia y las leyendas van desde vampiros, moribundos, colgados y monjes fantasmas. El panteón tiene recorridos abiertos al público y siempre piden a los que acuden llevar una linterna para ver los atractivos y para ver dónde pisar, pues puede que alacranes o ciempiés ronden cerca de ti.
2. Las Momias de Guanajuato
Si disfrutas de una buena historia, este podría ser un buen lugar para visitar por estas fechas. Cuerpos momificados con más de 150 años, sin embargo, lo más terrorífico no sería su apariencia acompañada del tenebroso ambiente del lugar, sino la historia que encierran estas inamovibles entidades que fueron exhumados entre 1865 y 1989.
Se dice que algunas de las momias aún tienen restos de sus ropajes, otras muestran muecas dolorosas en sus rostros, mientras que algunas están envueltas de leyendas de horripilantes crimines y muertes misteriosas. Dos de las momias más sorprendentes, son la de una mujer que murió embarazada y la de un niño que posiblemente se encontraba en edad prenatal.
VIDEO: EL Museo de las Momias de Guanajuato
3. La Isla de las Muñecas en Xochimilco

Xochimilco se encuentra al sur de la Ciudad de México, el cual es un centro turístico por una razón muy especial, la famosa Isla de las Muñecas. Hoy en día sirve como la principal atracción turística del lugar, pero de acuerdo a las historias de los locales, hay una razón macabra por la cual hay tantas muñecas.
La leyenda cuenta que Julián Santana Barrera, era el encargado de cuidar la isla y un día tuvo la mala fortuna de encontrar el cuerpo de una niña ahogada, a pesar de sus intentos por reanimarla, no tuvo éxito y nada más se pudo hacer por la pequeña. Encontró una muñeca flotando y la colgó como una forma de respeto al espíritu de la niña.
Algunos dicen que en realidad nunca existió ninguna niña, otros dicen que Julián Santana fue obligado a colgar más muñecas porque el espíritu de la niña lo demandó. Después de 50 años de colgar muñecas, su cuerpo fue encontrado en el mismo lugar donde se supone que él halló a la niña.
4. El Espinazo del Diablo
El famoso Espinazo del Diablo es una ruta que conecta Durando con Mazatlán y la cual tiene una peculiar característica además de sus bellos paisajes.
En la Sierra Madre Occidental se encuentra este prestigiado camino el cual cuenta con un mirador. Varias personas afirman que si se ve a los precipicios al mismo tiempo, se puede ver la figura del diablo, de ahí su nombre.
Aunque es un dato peculiar, el lugar además de bello es peligroso, pues ha cobrado la vida de muchas personas que han caído por la borda de su camino traicionero.
5. El Callejón del Diablo
Cuenta la leyenda urbana que El Callejón del Diablo era una pequeña callejuela que empezaba en la calle de San Martín y desembocaba en la calle de la Zanja Centro Histórico de la Ciudad de México, consistía en un pasadizo sombrío repleto de árboles frondosos donde también se encontraba una pequeña casucha habitada por un enfermo de tuberculosis. Pocas personas se aventuraban a atravesar ese callejón ya sea por el enfermo, la oscuridad o el mismo nombre.
Los jóvenes de la zona contaban que después de la media noche se aparecía una misteriosa criatura la cual muchos creían que era el mismísimo Satanás, los locatarios ponían ofrendas durante las mañanas, dichas ofrendas desaparecían al día siguiente. Esta leyenda llegó a oídos de marineros foráneos que estaban de visita en la ciudad, marineros que después de haber pasado por terribles tormentas e infinidad de leyendas del mar, tachaban a este cuentucho como un fraude llevado a cabo por algún aprovechado.
Los valientes marineros decidieron aventurarse al tenebroso callejón y al toparse con una imagen peluda, con cuernos negros y cola larga, decidieron quemarlo con un tronco encendido. El supuesto demonio solo gritó "¡Jesús, el diablo quiere llevarme!" y empezó a correr. Días después se supo de un individuo que sufría de quemaduras en los glúteos y una vez recuperado de sus heridas donó un lote de joyas a una institución para pobres, varias de estas joyas fueron reconocidas por los locatarios como ofrendas que dieron al supuesto diablo tiempo atrás.
El día de hoy sólo quedan los recuerdos de lo sucedido en este pasadizo que ha sido devorado por los avances de urbanización del Centro Histórico.
6. El Antiguo Palacio de la Inquisición y el Palacio Negro de Lecumberri


El Centro Histórico del D.F. alberga incontables riquezas nacionales, pero también sostiene dos de los lugares con las sombras más oscuras que han pisado nuestro país. Hoy en día fungen como el Museo de Medicina Mexicana y el Archivo General de la Nación, pero anteriormente fueron sede de múltiples torturas y ejecuciones en el nombre de Dios y la nación.
El Tribunal del Santo Oficio condenó a miles a la horca y hoguera, mientras que la antigua penitenciaría encerró y hasta asesinó a incontables inocentes desde el Porfiriato hasta el sexenio de Echeverría. Teniendo en cuenta lo anterior, no sorprenden los múltiples reportes de manifestaciones paranormales o simplemente la vibra abrumadora de las almas en pena que vieron sus últimos días dentro de esas paredes tenebrosas.
7. La Pascualita

La Pascualita es sin duda uno de los casos sobrenaturales y leyendas más populares de México. Se trata de Pascualita Esparza Perales de Pérez, quien era dueña de la tienda de vestidos "La Popular" en Chihuahua, allá por 1930. Un día decidió colocar un maniquí que rápidamente llamó la atención de las personas por sus increíbles detalles y belleza.
La leyenda dice que se trata de la misma hija de la señora Esparaza, quien murió el día de su boda y fue su madre quien la embalsamó y convirtió en maniquí para tenerla con ella para siempre. Tras su muerte en 1967, la señora Esparza nunca desmintió el rumor. Los nuevos dueños de la tienda decidieron quedarse con el maniquí y nombrarla "La Pascualita" en honor a ella.
En cuanto a lo paranormal, son decenas de personas las que aseguran que La Pascualita te sigue con la mirada si pasas junto a ella, otros dicen que la han visto moverse en las noches, llorar o cambiar sus expresiones faciales. Se cree que un espíritu habita dentro de ella y que está viva. Los increíbles detalles en el cabello y sus manos son pruebas suficientes de que viva o no, es bastante escalofriante.

8. El Jardín de Xilitla
Este hermoso lugar no tiene nada de extraño ni tenebroso, pero decidimos incluirlo porque es algo que no se ve todos los días. El Jardín de Xilitla se encuentra en el municipio que lleva el mismo nombre, Xilitla, ubicado en la región de Huasteca, del estado de San Luis Potosí, México.
Fue en 1950 cuando el inglés Sir Edward llegó a este lugar y construyó una gran cantidad de estructuras surrealistas que se conoce bajo el nombre de "Las Pozas" o "Casa del Inglés". Recibió el nombre de "Jardín de Xilitla" más que nada por internet para ser reconocido fácilmente.
Sir Edward James definió su obra como "una casa que tiene alas y en la noche canta". Desafortunadamente nunca la terminó porque cambiaba de idea en forma continua.

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