Durante una Asamblea Legislativa, el partido tricolor sugirió asignar un castigo a quienes nieguen la oportunidad de trabajo a personas tatuadas, o bien, a quienes impidan el ingreso de estas personas a sus establecimientos por el simple hecho de llevar tatuajes.
¿La sanción? Desde una multa por 50 días de salario mínimo, hasta 3 años en prisión. El resto del país celebra de igual manera la iniciativa del distrito federal, esperando que la propuesta sea reproducida próximamente en sus respectivos estados.

En una encuesta realizada por la OCC a inicios del 2013, demostró que cerca del 70% de los trabajadores mexicanos consideran a los tatuajes como un problema a la hora de conseguir empleo. Además, el 60% opinó que tener tatuajes también podría generar rechazo por parte de sus colegas trabajadores.
Ese mismo año, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal detectó que 7.4% de los casos que recibieron en un lapso de tres meses tuvieron relación con la discriminación por tatuajes, aun cuando estos no representan -ni limitan- los conocimientos y aptitudes de un posible trabajador.
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Elizabeth.rosales@sandiegored.com