Un día de celebración se convirtió en tragedia para la familia Luna cuando el pequeño Leonardo, de tan solo 13 años de edad, falleció tras ser succionado por un sistema de filtrado de agua al encontrarse nadando junto a su padre, Miguel Luna-Calvo, en instalaciones del parque Xenses, del grupo Xcaret.
El padre del pequeño declaró que al momento del accidente él también se encontraba ahogándose y tuvo dificultad para respirar, pero logró agarrarse de un pequeño espacio que apenas medía unos 10 centímetros. Con ayuda de su teléfono encontró a Leo en el fondo, sacándolo de las profundidades e intentando levantarle la cabeza para que respirara.
Una vez afuera le dio los primeros auxilios y respiración de boca a boca, pero no logró hacer que el niño respondiera. Posteriormente llegaron los paramédicos pero en sus manos no tenían equipo alguno, por lo que fueron trasladados a un hospital a Playa del Carmen, viaje que duró aproximadamente 30 minutos, según palabras del padre.
El menor fue declarado muerto en instalaciones del centro de salud, señalando en el acta que su deceso se debió a una hemorragia pulmonar y ahogamiento, dictamen dado 4 horas después de haber notificado el fallecimiento de Leo.
Miguel también mencionó que la fiscalía lo obligó a firmar el perdón para tener acceso a llevarse el cuerpo de su hijo e incluso le negaron el derecho a dar declaración de cómo sucedieron los hechos, teniendo que hincarse para pedirles a las autoridades contar su testimonio, ya que si no lo hacía podrían tardar hasta 15 días para darle el cadáver.
Tras el desafortunado suceso, el grupo Xcaret ofreció un comunicado para pronunciarse ante los hechos, argumentando con base a una investigación realizada que el accidente fue “un error humano al realizar unos arreglos no autorizados en la zona del accidente”.
El padre del menor se mencionó ante la respuesta de las autoridades del parque diciéndoles que incluso trabajadores del lugar le contaron que esta situación ya había pasado anteriormente pero como no causó daño fatal a nadie no hicieron nada al respecto, por lo que la falta de tapa que tenía el sistema de filtrado de agua no era un evento reciente.
“Busco justicia y que no quede impune. Mi hijo se murió, tenía 13 años, tenía toda una vida por delante”, finalizó Miguel Luna-Calvo.
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