1. Respeta los primeros 30 minutos de tu día
Seamos sinceros. Lo primero que haces al despertar es tomar tu smartphone, ver la hora y ponerte al día en Twitter, Facebook, WhatsApp e Instagram, por mencionar las que seguro más frecuentas. Debes saber que los primeros 30 minutos de tu día son muy importantes y deberías dedicarlos a crear un buen comienzo, así que antes de tocar tu teléfono, sal de la cama, refréscate, estira tu cuerpo un poco, medita y prepara un buen desayuno. Si comparas las actividades anteriores con el hecho de solo revisar tus redes sociales, te darás cuenta de que es ridículo desperdiciar tu mañana pegado a tu celular.
2. Recobra tu productividad
Sabemos que los smartphones están relacionados con el trabajo y a veces no tenemos de otra y debemos atender más de una llamada al día y uno que otro mensaje. Mi recomendación es que pongas un timbre para las llamadas de trabajo y una alerta para los contactos importantes y no me refiero a tu mamá y a tus mejores amigos, sino a personas relacionadas con tu chamba. Mientras las alarmas que asignaste no suenen, ni se te ocurra tocar el teléfono y enfócate en tu trabajo; de esta manera verás que se reduce tu nivel de distracción. Ponte la meta de no tocar el cel en intervalos de 2 horas mientras trabajas.
3. Apaga tu teléfono mientras manejas
O al menos ponlo en modo avión. La verdad es que tener encendido el teléfono en el auto debería estar prohibido, ya que la mayoría de los accidentes ocurren por contestar una llamada y, sobre todo, un mensaje. ¿Te imaginas que por ser esclavo de tu celular pusieras en riesgo tu vida o la de alguien más? Mejor no pensemos en eso y practica no tocar tu smartphone mientras conduces. Si no sabes llegar a tu destino, planea la ruta desde antes de comenzar el recorrido y listo; así hacíamos todos hace 5 años.
4. Sé cortés, por favor
Hoy día, una de las mejores formas de mostrar tu educación es dejar a un lado tu teléfono cuando te encuentras frente a frente con alguien mientras compartes una conversación, una comida o una taza de té. No me vas a decir que tus amigos virtuales y tus conversaciones en línea son más importantes que alguien igual de ocupado que tú, pero que se tomó el tiempo para verte. Aunque le digas a la persona con la que estés compartiendo el momento: ¡Oh, espera! Sólo debo atender este WhatsApp que acaba de llegarme. Lo más probable es que te diga que no hay problema, pero la verdad es que sí lo hay. Cuando haces eso, sólo estás diciendo a tu acompañante que no es tan importante y una vez más dejas que tu adicción por el celular te domine y arruine las cosas que en verdad son importantes.
5. Respeta tus horas de sueño
Antes de dormir, cuando ya estamos tapaditos en la cama y a punto de quedarnos dormidos, se nos ocurre la pésima idea de tomar el teléfono y dar una segunda pasada a nuestras redes sociales y, por si fuera poco, aprovechamos para pasar un nivel más de alguno de los juegos que tenemos instalados, bueno un nivel más y ya, uno más y me duermo, lo prometo y así hasta que se nos pasa la hora de dormir, despertamos cansados sin ganas de preparar nuestro día y toda la semana nos sentimos fatigados y es imposible concentrarse.
El círculo vicioso cumple su ciclo y una vez más nuestro smartphone gana y es más fácil decir que no es una adicción, sino un estilo de vida
Vía Qore
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