En su ecuación se encontraban variables como el clima, el fin definitivo de la temporada navideña, las deudas que muchos adquieren por los gastos que involucra la temporada y el inevitable regreso a la rutina tras tiempos de celebración donde aparentemente todo es paz y armonía.
El concepto fue adoptado recientemente por una aerolínea, para jugar un poco con el revuelo que causó el término y dar la vuelta a la tortilla con mensajes motivacionales y tomar el día como una oportunidad para mejorar.
Sin embargo la voz de la ciencia no se hizo esperar, expertos acusan a Arnall de no tener base científica alguna para llegar a esa conclusión, acusándolo de un intento de manipulación.
Montserrat Amorós, integrante del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña en declaraciones para el diario Clarín aseguró que "ninguna fórmula matemática puede decidir qué día del año es el más triste, ya que eso sólo depende de una valoración personal".
Amorós consideró más adecuado el término de "Cuesta de enero", el cual se sustenta bajo factores económicos.
Pues bien, entonces no existe tal cosa como "El día más triste del año", todo depende de la actitud de cada uno de cara a las adversidades -u oportunidades- que nos lleguen durante estas primeras semanas de 2016.
Con información de: Clarín
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