
El juicio que tras el fin de la Segunda Guerra Mundial le fue seguido al legendario director de orquesta alemán "Wilheim Furtwangler" por sus presuntos vínculos con el nazismo, es lo que narra la puesta del escritor sudafricano Ronald Harwood.
El encuentro de dos viejos lobos de mar sobre el escenario como lo son Humberto Zurita y Rafael Sánchez Navarro, resulta orgásmico para quienes gustan del teatro con sus tintes de drama y comedia fina.
La entrega en las tablas de esta dupla de primeros actores, es una muestra de calidad a lo largo de casi hora y media de puesta que lleva entre risas, reflexión y un pasaje de la historia hitleriana.
Con el total manejo de la obra y el escenario, ambas luminarias llevan al auditorio a una Alemania Nazi donde se aborda a "Wilhelm Furtwangler", consentido supuestamente por Adolfo Hitler y a quien cumplía sus caprichos.
Zurita interpreta a "Steve Arnold" quien pertenece a la zona americana de Berlín en 1946, tiempo en el que se llevaban a cabo los juicios de desnazificación.

El único objetivo de "Arnold" es que el director caiga en la trampa y demuestra su culpabilidad en el respaldo total al régimen nazi.
La escenografía es sencilla, pero en ella destacan tres ventanas que en realidad son pantallas y proyectan imágenes de las
masacres que se vivían en los campos de concentración.

A este gran reparto de titanes, los acompañan Sergio Bonilla, quien personifica a un sargento, Marina de Tavira y Martin Altomaro.
Este jueves 16 de mayo se presenta con dos funciones a las 7 p.m. y 9:30 p.m. en el teatro del Centro Cultural Tijuana.
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