El menor, quien vive en una aldea de la isla indonesia de Java, no podía realizar prácticamente ninguna actividad sin la asistencia de otras personas; incluso, sus familiares relatan que sólo comía y dormía.
En 2016, con tan solo de 10 años de edad, pesaba alrededor de 200 kilos.
Su familia declaró a The Sun que "agotaron todos sus ahorros" en "alimentarlo". Sin embargo, no fue sino hasta abril de 2017, cuando tomaron una decisión radical: ponerlo a dieta, disminuyendo en su ingesta el azúcar y los carbohidratos. También pasó por una cirugía de banda gástrica.
Arya perdió en menos de un año más de 70 kilos y, de acuerdo con sus padres, "es muy activo y se encuentra en buen estado de salud".
Fotos de Caters News Agency
Nota publicada originalmente en Noticias MVS
editorial@sandiegored.com