Sonará extremadamente arcaico, pero esta es la forma en la que Netflix empezó su dominio sobre la industria del entretenimiento en casa. Al contratar el servicio, que en ese entonces costaba $7.99 USD (en la actualidad, alrededor de $150 MXN), podíamos solicitar DVDs de una inmensa biblioteca de películas y, una vez que las hayamos recibido en nuestra casa, disfrutarlas y enviarlas de vuelta: algo así como un Blockbuster (que en paz descanse) a domicilio.
Inicialmente, el servicio de streaming de Netflix era ofrecido de forma gratuita a sus usuarios: fue en 2011 que ambas modalidades fueron separadas. Sin embargo, aquí viene lo sorprendente: de acuerdo a Netflix, todavía hay 4 millones de usuarios en Estados Unidos que utilizan el servicio de DVDs por correspondencia.
Es importante considerar que, a eso de 2011, el servicio de DVDs por correo contaba con poco menos de 14 millones de suscriptores: poco a poco, la plataforma de streaming fue obteniendo tracción y múltiples usuarios dejaron atrás el servicio que, de la noche a la mañana, se volvió un tanto anticuado.
Aunque este programa nunca llegó a México u otros países de Latinoamérica, es impresionante descubrir que hay personas que todavía lo utilizan: así como hay personas que todavía compran CDs de vez en cuando, seguramente hay gente que prefiere tener la película que verá en sus manos.
Nota directa de Qore
