En el proceso de crecimiento del infante a nivel fisiológico; el aparato visual, auditivo y fonador son las vías por las cuales la entrada y salida de información se efectúa para dar un significado y un significante. Esto se desarrolla en el hemisferio izquierdo del cerebro. Por lo visual se crean imágenes. Por lo auditivo se perciben sonidos. Por el aparato fonador se articulan los sonidos.
Si se toma en cuenta el funcionamiento que el área de Broca y el área de Wernicke permiten para la: comprensión del lenguaje, reconocimiento de acciones, producción de cadenas sintácticas, así como para la decisión de sentido de las palabras ambiguas y almacenamiento de lo semántico respectivamente se llega a la conclusión de que el estímulo y el contacto necesario con el lenguaje puede deteriorarse o simplemente no desarrollarse.
Como el caso de Genie, una niña de 13 años que fue encerrada en un cuarto y no recibía estímulos de ningún tipo, sufría abuso físico y psicológico por parte del padre. La niña tenía severas muestras de maltrato y desnutrición, aislamiento, problemas de aprendizaje y discapacidad intelectual. Desde su nacimiento hasta los 13 años nunca fue expuesta al lenguaje.
El desarrollo metalingüístico que maneja los símbolos y los signos para estructurar categorías las cuales sólo es comprendido por el niño que sí es expuesto al lenguaje en general; sólo es posible con dicha interacción previamente, es decir: Lenguaje, Lengua y Habla son conceptos que abren el campo de la Lingüística para la comprensión de significados y significantes estructurados en el plano intelectual.
El primero es la capacidad de articular y recibir los estímulos necesarios fisiológicamente para poder producir los sonidos. El segundo término es un conjunto de signos los cuales expresan ideas. El tercero es la adquisición de modo individual en el cual se emplea el primero y el segundo término.
La palabra es un signo, y ésta es utilizada para expresar un significante, es decir, una representación mental, mismo que es arbitrario en su significación. Es decir, no hay algo que una a una palabra con la cosa que significa. Cosa pensada por muchos. ¿Por qué la mesa se llama mesa? O ¿Por qué una palmera se llama palmera?
¿lo ves?
Si bien el niño supone que las palabras y sus referentes son intrínsecos en su significado esto sugiere que la esencia de lo que percibe al menos en un plano fonético, por ejemplo; al escuchar un tren, el niño lo llama ¨chúchuu¨. “Un enfoque es que los niños adquieren las categorías aprendiendo los rasgos semánticos esenciales de las mismas¨ Berko, Bernstein (2010).
Si el significado de tren para un niño es ¨chúchuu¨ el sonido juega un papel fundamental para la significación en esencia. ¨Conciencia fonológica, es un aspecto de la conciencia, metalingüística que se desarrolla en los últimos años de preescolar y en los años de escolarización¨ Berko, Bernstein (2010).
En estos términos, las palabras como signos lingüísticos se concentran en categorizar para distinguir la esencia, como se manifiesta en el ¨Crátilo o del Lenguaje¨, uno de los diálogos socráticos del conocido filósofo Platón.
En este diálogo, Sócrates, Hermógenes y Crátilo analizan la cuestión de si existe una relación natural entre los nombres y sus referentes (o sea, las cosas). Para esto analizan el carácter material de ciertas actividades como la del escultor o el carpintero, los cuales mediantes diferentes herramientas crean cosas como una pieza de barro o un mueble; a su vez éstas mismas herramientas para la elaboración del objeto son creadas por otras herramientas, y así, en términos generales llegan a la conclusión de que el uso y la nominación hacen las leyes.
En este sentido, la Lengua cumple con este uso y nominación que es de carácter social y consensual. ¨Las definiciones pueden variar en estructura, pero una de las más valoradas y convencionalmente aceptadas es el formato aristotélico: ¨Un X es un Y que Z¨, donde X es el concepto, Y es la categoría superior (la categoría a la que pertenece la palabra), y Z es la información concreta que permite que se identifique el concepto; por ejemplo, un gato es un animal que maúlla¨ (pág.137)
Se sabe que el desarrollo del lenguaje en el niño a nivel metalingüístico es gradual. Esto como el término para designar otro lenguaje que no se capta a simple vista, se requiere hablar de lo que se nombra. El concepto es sintético.
El espacio y el tiempo son intrínsecos a la experiencia para poder generar juicios sintéticos independientemente de la experiencia. La ciencia se fundamenta en este mismo lenguaje, es decir, es de carácter epistemológico.
El conocimiento se argumenta desde una esfera metalingüística. ¨ Así pues, los niños deben recurrir a una variedad de indicios e información sobre la semántica y la sintaxis para poder identificar las fronteras entre las palabras. La edad a la que los niños son capaces de segmentar los enunciados en unidades léxicas adultas varía en función de cómo se presenta la tarea y cuál es la respuesta que se requiere del niño¨ (pág.134)
En materia de Astronomía, Ptolomeo proponía un modelo del universo; creía que la tierra estaba inmóvil y que se encontraba en el centro del Universo y que el Sol la Luna y las estrellas giraban a su alrededor.
Copérnico decía que no se puede entender el movimiento de los objetos celestes como la teoría de Ptolomeo, la cual presuponía que la tierra está en el centro del universo.
Es decir, Copérnico comprendió que para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario cambiar la relación poniendo al Sol en el centro y suponiendo que es la tierra la que gira a su alrededor.
Al abordar el fenómeno del metalenguaje podemos experimentar que entre más se está en contacto con este lenguaje es mayor el nivel cognitivo que se adquiere del mismo. ¨incluso los niños muy pequeños utilizan y comprenden de forma espontánea determinados tipos de metáforas con fines comunicativos, aunque su utilización es mucho más fluida y menos ligada al contexto a medida que van creciendo¨ (pág.136)
La palabra que le es trasmitida al niño es el objeto en cuestión. Entendida esta desde un orden social para la formulación de las capacidades mentales que se forman en la infancia y no se terminan de desarrollar.
Es por eso que, sin el uso y la nominación de la Lengua, las leyes del lenguaje no cumplen su facultad máxima del habla.
Jean Berko Gleason – Nan Bernstein Ratner. (2010). Desarrollo del lenguaje. Madrid: PEARSON.
Ferdinand de Saussure. (1916). materia y tarea de la lingüística; sus relaciones con las ciencias conexas. En curso de lingüística general (30). Madrid: Fontamara.
Platón (1979) Diálogos Socráticos. México: Escritores Mexicanos Unidos (pág.158-206)