Se trata realmente de un artefacto que es una lámina imprimible, y se dobla por su cuenta al ser activado por un mecanismo térmico. Mide un centímetro de longitud y pesa un tercio de gramo, pero puede caminar, empujar objetos, subir rampas y cargar objetos que pesan el doble del minúsculo artefacto.
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El prototipo presentado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, en inglés) es operado de manera remota a través de campos magnéticos y también es capaz de degradarse al terminar su tarea. Esto se manifiesta al disolverse en algún líquido como método de reciclaje.
Su comportamiento y estética adorable hacen de este robot una propuesta llamativa, pero lo más significativo es su prometedora contribución en el campo médico. La condición biodegradable del robot origami es favorecedora para su empleo como cápsula farmacológica controlable o herramienta de cirugía que puede ser retirada una vez que fue empleada.
Los investigadores de la emblemática institución afirman que la manufactura de esta tecnología tiene potencial de ser más rápida, económica y sencilla que los estándares tradicionales. También esperan reducir aún más el tamaño de estos dispositivos e incluso aumentar su inteligencia para que tomen decisiones autónomas.
Vía MIT News
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