El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció la publicación de la regla final titulada “Collection of Biometric Data From Aliens Upon Entry to and Departure From the United States”. Este se trata del cambio regulatorio que transformará la forma en que las personas extranjeras entran y salen del país.
La norma entra en vigencia este 26 de diciembre de 2025 y autoriza a U.S. Customs and Border Protection (CBP) a tomar fotografías y otros datos biométricos a todos los no ciudadanos cuando ingresan o salen de Estados Unidos. Esto aplicará en aeropuertos, cruces fronterizos terrestres, puertos marítinos y cualquier punto autorizado de salida.
¿Qué implica este cambio y por qué se aplica?
Según el documento del Registro Federal, Estados Unidos busca implementar un sistema biométrico de entrada y salida que compare los datos tomados al llegar con los recolectados al salir. Este sistema ayuda a enfrentar preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con la amenaza del terrorismo, el uso fraudulento de documentos de viaje legítimos y la permanencia de extranjeros en territorio estadounidense más allá del periodo autorizado.
De acuerdo con la Comisión Nacional sobre los Atentados del 11 de septiembre, el combate al terrorismo requiere revisar a las personas en distintos momentos del proceso de viaje y no únicamente en un punto de control.
Además de sus funciones al ingreso, este sistema biométrico también actúa al momento de la salida y protege la integridad del sistema migratorio. Bajo la normativa vigente, ingresar o permanecer en Estados Unidos sin autorización puede derivar en una prohibición de reingreso durante varios años.
Por otro lado, para dimensionar el alcance del problema, en el comunicado oficial se dice que el gobierno estima que durante el año fiscal 2022 aproximadamente 853,955 extranjeros que llegaron por aire o mar permanecieron más allá del tiempo permitido. Lo anteiror que representa alrededor del 3.67 por ciento de quienes ingresaron vía aérea o marítima. Con la verificación biométrica, CBP identifica a quienes permanecen sin admisión y documenta estos casos con mayor precisión. También detecta errores que a veces aparecen en la información biográfica tradicional, lo que complica la identificación exacta de los viajeros.
¿Qué ocurre con los ciudadanos estadounidenses?
Los ciudadanos estadounidenses no están incluidos dentro de esta regla. Pueden participar de manera voluntaria en el proceso biométrico o elegir no hacerlo, solicitando una revisión manual de su pasaporte con un agente o representante de aerolínea. Además, las fotografías de ciudadanos estadounidenses se eliminan dentro de un periodo máximo de 12 horas. En cambio, las imágenes de extranjeros se almacenan en el Sistema de Gestión de Identidad Biométrica del DHS durante un máximo de 75 años.
Con este cambio, Estados Unidos intenta reafirmar un sistema fronterizo más automatizado, rápido y seguro. Además, marca una transición hacia un modelo donde la identidad se verifica con datos biométricos desde el inicio hasta el final del viaje.