El pasado sábado, el North Island Credit Union Amphitheatre se convirtió en el punto de encuentro para los fanáticos del rock y el metal. Dos íconos del género, Alice Cooper y Judas Priest, compartieron escenario en una gira conjunta que recorrió Estados Unidos y ofreció una noche cargada de energía, teatralidad y clásicos inmortales.
La velada de los grandes del rock-metal
La cita comenzó con Alice Cooper, ícono del “shock rock” cuyas puestas en escena combinan teatro, caracterización y una trayectoria de más de cinco décadas. El músico presentó un repertorio cargado de clásicos como “I’m Eighteen”, “Feed My Frankenstein” y un cierre con “School’s Out”, en el que incluyó fragmentos de “Another Brick in the Wall Pt. 2”. La presentación destacó por su elaborada producción escénica y por la energía de su banda, con la guitarrista Nita Strauss al frente junto a Ryan Roxie y Tommy Henriksen.





Acto seguido, Judas Priest irrumpió con potencia metálica al interpretar “All Guns Blazing” y “Hell Patrol”, temas extraídos del álbum “Painkiller”, que este año celebra su 35 aniversario. El vocalista Rob Halford, acompañado de Richie Faulkner y Andy Sneap en las guitarras, rindió homenaje a figuras del género como Dio, Ozzy y Lemmy, antes de cerrar con los himnos “Hell Bent for Leather” y “Living After Midnight”.
Dos leyendas, un mismo escenario
Ambos conjuntos demostraron un nivel profesional sustentado en décadas de experiencia. Cooper mantuvo su energía y teatralidad característica, mientras Judas Priest ofreció un sonido afilado y una ejecución impecable. El formato de doble encabezado permitió al público disfrutar, en una sola noche, de dos estilos distintos que marcaron generaciones dentro del heavy metal.





La gran virtud del concierto radicó en reunir a dos figuras fundamentales del género en una misma velada, accesible para el público del sur de California. Fue una ocasión para revivir clásicos y constatar que ambos artistas continúan activos, entregando presentaciones de alto nivel.
Para los aficionados al espectáculo en vivo, la cita combinó teatralidad y virtuosismo en un formato que difícilmente se repite con frecuencia.
Fotos y texto de Abdiel Ortega