El presidente de Estados Unidos, Donald Trump vuelve a ponerse en polémica con comediantes nocturnos de televisión, esta vez el blanco de sus ataques es Seth Meyers.
Apenas hace unas semanas, un conflicto llevó a la suspensión temporal del programa de Jimmy Kimmel.
Esta vez, el mandatario acusó públicamente a Meyers de tener una “rabia incontrolable” y “no tener talento” y exigió a la cadena NBC que lo despida.
Amplifican petición de Trump
Lo preocupante es que Brendan Carr, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones y figura central en el caso Kimmel, amplificó la petición de Trump.
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Vuelve el temor de que el gobierno esté dispuesto a presionar a los medios a través de vías informales cuando la sátira política incomoda al presidente.
El escándalo que envuelve a Jimmy Kimmel, Charlie Kirk y Donald Trump nace de un choque frontal entre humor político, televisión abierta y poder estatal.
El caso de Jimmy Kimmel
Lo que comenzó como un monólogo satírico sobre la reacción del presidente al asesinato de Kirk terminó convertido en un caso de estudio sobre censura indirecta.
En pocos días, una broma se transformó en crisis corporativa y en alerta democrática. Ahora el escándalo se extiende a Meyers.
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Para entender el terremoto mediático hay que ver el contexto. Trump llevaba años enfrentado a los grandes medios y usando demandas, amenazas de licencias y presión política como arma contra sus críticos.

La figura de Brendan Carr
En esa atmósfera surge Brendan Carr, alineado con el discurso de castigo a supuestos sesgos “anti-conservadores”.
Así, cualquier comentario incómodo sobre el presidente o sus aliados se volvía terreno fértil para una respuesta punitiva.
En ese escenario, Kimmel dedicó su monólogo a condenar la violencia tras el asesinato de Charlie Kirk y a cuestionar que Trump y su círculo intentaran explotar políticamente la tragedia.
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La censura a Jimmy Kimmel
Se burló de la forma en que el presidente habló de la muerte del activista y de la reacción de MAGA, lo que la derecha mediática usó para acusarlo de mentir sobre el perfil ideológico del asesino.
Pocas horas después, Carr exigió que ABC y sus filiales tomaran medidas contra Kimmel.
Nexstar y Sinclair, gigantes dueños de decenas de estaciones afiliadas a ABC, anunciaron que dejarían de emitir Jimmy Kimmel Live! y justificaron la decisión como defensa de los televidentes.
La suspensión a Jimmy Kimmel
Bajo esa presión, Disney y ABC suspendieron el programa, lo que desató protestas, llamados a boicot y acusaciones de que el gobierno estaba usando a la Comisión Federal de Comunicaciones para castigar un discurso que le incomoda.
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La suspensión duró unos días, pero el daño simbólico fue enorme. Cuando Disney anunció el regreso inmediato del programa, Nexstar y Sinclair insistieron en no transmitirlo al principio.
En su retorno, Kimmel abrió con un monólogo en el que defendió la sátira política, negó haber justificado el asesinato de Kirk, acusó a Carr de conducta antidemocrática y señaló a Trump por celebrar que estadounidenses perdieran su trabajo por hacer chistes sobre él.

La advertencia
El caso terminó convertido en advertencia sobre cómo la presión del poder puede colarse en decisiones de programación a través de reguladores y conglomerados mediáticos.
Las amenazas de Carr fueron un ejemplo de intimidación gubernamental sin órdenes formales, pero con efectos reales sobre la libertad de expresión.
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El nuevo choque entre Donald Trump y Seth Meyers surge apenas semanas después del episodio que llevó a la suspensión temporal de Jimmy Kimmel.
Clima tenso con los medios de comunicación
En aquel momento, la intervención pública del presidente y el eco del titular de la FCC dieron paso a un clima tenso en los medios. Ese contexto vuelve al centro de atención con la reacción de Trump hacia Meyers.
Durante varios monólogos, Seth Meyers ironizó sobre propuestas del presidente y episodios recientes que involucraban a su administración.

Casi en paralelo, Trump exigió en su plataforma Truth Social que NBC lo despidiera, repitiendo el tono de confrontación utilizado contra Kimmel:
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“Seth Meyers, de NBC, está sufriendo un caso incurable de Síndrome de trastorno por Trump. Anoche se le vio en un ataque de rabia incontrolable, probablemente debido al hecho de que su programa es un DESASTRE en ratings. Aparte de todo lo demás, Meyers no tiene talento, y ¡NBC debería despedirlo INMEDIATAMENTE!”
Brendan Carr compartió sin comentarios la publicación de Trump en X. La NBC no ha emitido juicios.
Nota original de Tomatazos: Donald Trump exige a NBC el despido inmediato del presentador Seth Meyers