En medio del auge de la relocalización industrial hacia México, comenzó la construcción del Alliuz Alamar Industrial Park, un complejo que busca fortalecer la infraestructura logística y manufacturera de la frontera norte. El desarrollo se ubicará en la zona de Alamar y contará con 600 mil pies cuadrados de espacio clase A, con capacidad para alojar hasta ocho empresas nacionales o extranjeras.
De acuerdo con Santiago García, director comercial de Alliuz, el parque forma parte de una estrategia que pretende aprovechar el dinamismo del corredor Tijuana–San Diego, uno de los más activos de América del Norte. La obra, cuya conclusión está prevista para el segundo trimestre de 2026, generará alrededor de mil 500 empleos directos e indirectos.
El proyecto busca atender la creciente demanda de espacios industriales vinculada al nearshoring, fenómeno que ha impulsado nuevas inversiones en la frontera debido a su cercanía con el mercado estadounidense. “Tijuana representa un punto estratégico que conecta el talento local con la visión global de la industria”, señaló García durante la ceremonia de arranque.
Además de su ubicación, el parque destaca por su diseño adaptable a distintos tipos de operación, desde logística hasta manufactura avanzada. Las naves contarán con infraestructura moderna, suministro eléctrico suficiente y configuraciones flexibles que facilitan la instalación de procesos productivos especializados.
Alliuz colabora con la firma Cushman & Wakefield para la comercialización de los espacios, con el objetivo de atraer compañías interesadas en expandirse dentro del mercado fronterizo. El desarrollo es impulsado por G-Industrial, empresa con más de tres décadas de experiencia en el sector inmobiliario industrial, que ha apostado por integrar criterios de sostenibilidad y eficiencia energética en sus proyectos.
“La meta no es solo construir parques, sino generar oportunidades y crecimiento para México”, afirmó el directivo.
