El más joven en la historia del Centro de Vida Silvestre de Ramona, a este cachorrito de oso negro lo encontraron tras perder a su madre en un bosque de California. Hoy, un peluche lo acompaña mientras recupera fuerzas y se prepara para regresar a la vida salvaje.
Con apenas dos meses de edad, un osezno negro huérfano está derritiendo corazones en el Centro de Vida Silvestre de Ramona. Ahí no solo recibe cuidados médicos y atención especializada, sino también el consuelo de un oso de peluche que lo acompaña durante su rehabilitación.
Hallado sin su madre en un bosque de California
Al pequeño lo encontraron solo unos campistas en el Bosque Nacional Los Padres, el pasado 12 de abril. En un intento por reunirlo con su madre, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California (CDFW) lo dejó en libertad durante la noche. No obstante, la osa nunca regresó. Sin señales de la madre cerca, el osezno fue trasladado al centro de Ramona. Aquí un equipo especializado asumió el reto de brindarle una segunda oportunidad.

Debilitado, pero ahora en recuperación
El osezno llegó débil y con bajo peso, pero gracias a alimentación constante, atención veterinaria especializada. Así como el compromiso del equipo de Project Wildlife, su estado ha mejorado notablemente. Actualmente se encuentra estable y progresando.
Debido a su corta edad, es probable que permanezca bajo cuidado hasta por un año, con la esperanza de ser liberado nuevamente en su entorno natural. En caso de que rescaten a otro osezno huérfano n otra parte del estado, el CDFW podría intentar emparejarlos para favorecer su desarrollo natural y evitar que se acostumbren al contacto humano.
Cuidados especiales
Mientras tanto, el osezno recibe cuatro sesiones diarias de alimentación y enriquecimiento, y para evitar que desarrolle vínculos con humanos, el personal utiliza trajes de oso durante la interacción. El pequeño ha encontrado apoyo emocional en un peluche que imita el calor y la compañía materna, parte esencial para mantener su comportamiento instintivo intacto.
“Es un compromiso enorme, pero también un privilegio poder darle a este pequeño una segunda oportunidad de vivir libre en la naturaleza”, compartió el equipo del centro.- dijeron en una publicación de la San Diego Humane Society,