Marco Antonio López-Guerrero, señalado como presunto traficante de metanfetamina con base en Mexicali y vinculado al Cártel de Sinaloa, será procesado en Estados Unidos luego de haber sido extraditado desde México el pasado 24 de octubre para enfrentar cargos relacionados con drogas y armas de fuego.
López-Guerrero fue acusado por un jurado federal en el Distrito Sur de California en julio de 2020. La imputación incluye conspiración para importar metanfetamina, conspiración para distribuirla, intento de exportación de artículos de defensa sin licencia y contrabando de armas de fuego y municiones desde Estados Unidos hacia México.
De acuerdo con los registros judiciales, el acusado habría utilizado a niñas pequeñas para introducir metanfetamina por los cruces peatonales del sur de California, además de distribuirla en San Diego, San Bernardino y otras zonas. También habría recurrido a una avioneta ultraligera para el contrabando de drogas, así como para transportar armas a México, entre ellas un rifle AR-15 de cañón corto sin número de serie y más de 150 cartuchos.
Tras su primera comparecencia en la corte federal el 27 de octubre, López-Guerrero se declaró inocente ante la jueza Karen S. Crawford. Luego, en una audiencia realizada el 30 de octubre, se ordenó que permaneciera detenido en espera de juicio. Su próxima presentación ante el tribunal está programada para el 21 de noviembre de 2025, fecha en la que se llevará a cabo una audiencia de moción y fijación de juicio ante la jueza federal Jinsook Ohta.
La acusación forma parte de una investigación de varios años que derivó en la incautación de más de 180 kilogramos de metanfetamina, 19 kilogramos de fentanilo, 2 kilogramos de heroína, además de armas y municiones.
La Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia apoyó en la detención y extradición del acusado desde México, mientras que el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos colaboró en su traslado. El caso será llevado por los fiscales adjuntos Lawrence A. Casper y Edward Chang.