De octubre a diciembre, miles de sardinas se concentran en las aguas del Pacífico oriental, frente a Bahía Magdalena, Baja California Sur.
Este movimiento migratorio crea las llamadas bait balls, esferas defensivas donde los cardúmenes buscan protegerse de depredadores como marlines rayados, lobos marinos y delfines.
El fenómeno, conocido internacionalmente como Sardine Run, se ha convertido en un evento marino de los más importantes en el hemisferio y es comparable con experiencias que ocurren en Sudáfrica.
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Punto de interés para la investigación y el turismo
Su importancia ecológica lo coloca como un punto de interés tanto para la investigación científica como para el turismo de naturaleza.
La empresa Akampa organiza expediciones de cuatro días y tres noches para la observación de este fenómeno.
La ruta inicia en La Paz, Baja California Sur, con traslado hacia Bahía Magdalena, donde un campamento instalado en dunas funciona como base de operaciones.
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Las actividades
Los participantes realizan esnórquel en mar abierto y reciben charlas de biólogos marinos sobre el papel de los depredadores tope en los océanos y la conservación de hábitats como manglares y humedales.
El contacto directo con especialistas convierte la experiencia en una plataforma de ciencia ciudadana.
Los asistentes aprenden a identificar especies, reconocer patrones de comportamiento y comprender cómo interactúan las cadenas tróficas en un ecosistema altamente dinámico.
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El campamento
En el campamento, diseñado bajo principios de bajo impacto ambiental, las noches incluyen charlas de divulgación y observación de estrellas, mientras que las jornadas diurnas se enfocan en el rastreo de cardúmenes y su interacción con marlines y aves.
La logística contempla grupos reducidos y protocolos de observación responsable. El objetivo es garantizar que la interacción con la fauna se realice bajo criterios de mínima alteración, respetando los tiempos y distancias necesarias para proteger a las especies.
Además de la interacción marina, Bahía Magdalena es un corredor biológico para aves migratorias que arriban desde el norte del continente.
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La riqueza de sus humedales y manglares lo posiciona como un ecosistema prioritario para la conservación.
Buscan generar conciencia entre los visitantes
La experiencia se extiende más allá de la emoción de nadar junto a marlines. Se busca generar conciencia en los visitantes sobre el delicado equilibrio de los océanos y la necesidad de impulsar modelos de turismo sustentable que fortalezcan la economía local sin comprometer los recursos naturales.
Los itinerarios se estructuran en función de los momentos de mayor actividad de los depredadores, lo que genera oportunidades de registro visual y fotográfico. Paralelamente, los guías explican el impacto de este evento en la salud de especies mayores como tiburones y ballenas.
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Para investigadores, el Sardine Run representa un punto de estudio relevante. La concentración de biomasa y depredadores ofrece datos sobre patrones migratorios y adaptación de especies ante el cambio climático y la presión pesquera en el Pacífico.
Desde el ámbito turístico, la experiencia combina observación marina y aprendizaje. El visitante no es solo espectador, sino parte de un proceso de descubrimiento que integra ciencia, naturaleza y cultura local.
El programa de salidas se desarrolla entre octubre y diciembre, con cupo limitado y reservaciones anticipadas. La empresa recomienda asegurar lugar con meses de antelación debido a la demanda internacional.
