Colorear ya no es solamente cosa de niños. ¿Sabías que esta actividad genera bienestar, tranquilidad y estimula áreas cerebrales? Pintar es un acto que siempre ha sido popular pero ahora cada vez más adultos dedican un tiempo para hacerlo.
Colorear tiene un efecto desestresante porque al concentrarse en dicha actividad se pone toda la atención en ella, alejando preocupaciones. Además, activa la imaginación y hace que se retroceda de cierto modo a la infancia, periodo donde la mayoría de las personas no tenían de qué preocuparse.
De acuerdo con el diario El Mundo, la idea de concentrarse para pintar o colorear es, básicamente, en la que se fundamentan artes zen como el origami o la caligrafía japonesa, las cuales se basan en conseguir parar un momento, hacer un paréntesis y dirigir la concentración exclusivamente a eso que se está haciendo.
La relajación que proporciona esta actividad actúa bajando la actividad de la amígdala, una parte básica del cerebro que está implicada en el control de las emociones que se ven afectadas por el estrés.
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