Con la popularización de internet nació una nueva era de contenidos, muchos de los cuales llegan a convertirse en una enorme influencia entre los internautas, tanto en la construcción de conocimiento como en su toma de decisiones. Sin embargo, no hay regulaciones concretas que puedan caer más que en un introvertido control parental.
Un manual gráfico que explica cómo suicidarse circula a lo ancho y a lo largo de las redes sociales. Las medidas utilizadas por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a través de la Policía Cibernética condujeron estas regulaciones a una invitación a “estar atentos a lo que sus hijos ven en internet”.
Los ciberpatrullajes en fuentes abiertas detectaron imágenes referentes al suicidio que se viralizaron gracias a su difusión en plataformas como Facebook y WhatsApp.
La información llegó a los jóvenes que prontamente la difundieron entre su círculo social, sin percatarse de la latente peligrosidad que conlleva la propagación de estos contenidos en sectores de la población vulnerables que existen y están allá afuera.
La Policía Cibernética puntualizó su discurso en la atención que los padres deben remitir hacia sus hijos en materia de esta nueva era tecnológica y cómo la producción de contenidos pueden ser tanto de utilidad como de perjuicio.
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