La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que ya existe un “plan muy elaborado” para recibir a mexicanos deportados de Estados Unidos, sin embargo, pidió esperar a ver qué declara Donald Trump y cuáles son las acciones definitivas que tomará con respecto a la situación migratoria.
“Ya tenemos un plan muy elaborado, sólo que vamos a esperar a lo que vaya a anunciar el presidente Trump para poderlo informar, y se ha estado en coordinación con los gobernadores y gobernadoras, y todas las secretarías del Gobierno para poderles dar todo el apoyo que requieran”
La incertidumbre continúa latente y la preocupación en México, especialmente en Tijuana, la mayor ciudad en la frontera con Estados Unidos, la cual ya ha emitido una declaratoria de emergencia ante posibles deportaciones masivas y la probable llegada de cientos de miles de mexicanos a la ciudad.
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Aproximadamente la mitad de los 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos son mexicanos, y las remesas que envían representan casi el 4% del PIB de México, sumando alrededor de 65,000 millones de dólares en 2024.
Por su parte, Claudia Sheinbaum reafirmó que el Gobierno de México está preparado con estrategias puntual para acoger a nuestros paisanos, pese a esto, no informó cuál es el protocolo que se llevará a cabo.
“En su momento lo vamos a informar, cómo va a ser, pero que sepan que los vamos a recibir y que van a tener el apoyo del Gobierno de México”
También, México se encuentra en diálogo contante con otros países de Latinoamérica para que reciban de forma directa a sus deportados en lugar de que Estados Unidos expulse todos a México.
Caravanas migrantes que han llegado a Tijuana
Un destino frecuente para las caravanas migrantes ha sido Tijuana y una de las más notables fue la caravana de migrantes centroamericanos que llegó en noviembre de 2018. Más de 6 mil migrantes, principalmente de Honduras, llegaron a la ciudad con la intención de solicitar asilo en Estados Unidos. Esta situación generó crisis y una fuerte tensión social en la ciudad. Las autoridades locales y organizaciones civiles trabajaron para ofrecer albergues y refugios, aunque también hubo rechazo por parte de la población.
