El Gobierno de Estados Unidos trasladó al ex secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, a la prisión más segura y “extrema” del país, conocida coloquialmente como ADX Florence o Supermax.
Este lugar es popularmente conocido por estar diseñado para resguardar a criminales sentenciados y considerados como un alto riesgo para la sociedad. Los menos de 500 internos que se encuentran dentro de esta prisión están en aislamiento 23 de las 24 horas del día y solo se permite una llamada telefónica al mes.
En ese mismo penal se encuentran cumpliendo condena los capos Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, exlíder del Cártel de Sinaloa y Alfredo “El Mochomo” Beltrán Leyva exlíder de la Organización Beltrán Leyva. Así como hombres sentenciados por situaciones vinculadas con el espionaje, terrorismo y otros delitos.
A Genaro García Luna se le declaró culpable de cinco cargos, incluyendo: falsedad de declaraciones, conspiración para traficar cocaína y participar en una empresa criminal continua. En febrero de 2023, un jurado federal reveló que García Luna habría recibido sobornos millonarios del Cártel de Sinaloa, a cambio de permitirles operar libremente, sin persecución por parte del Estado mexicano.
De acuerdo con datos oficiales del Buró Federal de Prisiones, García Luna se encuentra recluido con el número de registro 59745-177 en el centro de reclusión denominado oficialmente Florence ADMAX USP ubicado en Fremont, Colorado. Su fecha de liberación está programada para el 19 de junio de 2052.

Una prisión sin historial de fugas
La prisión de ADX Florence se aperturó en 1994 y tras una serie de ataques a personal penitenciario y problemas con los reclusos, el gobierno de Estados Unidos diseñó una prisión de máxima seguridad, enfocada en el aislamiento total. Los reclusos permanecen confinados en celdas individuales con instalaciones hechas de hormigón armado para evitar autolesiones, y está bajo supervisión intensiva las 24 horas.
De acuerdo con información de diferentes medios de comunicación en esta cárcel el silencio es protagonista, esto debido al aislamiento prolongado y la falta de estímulos para evitar que los reclusos se sientan orientados.