Félix López Rincón es originario de Tierra Blanca, Veracruz, donde creció en una familia trabajadora dedicada al campo. En el año 2000, siendo el menor de siete hermanos, decidió dejar su hogar y viajar a Tijuana, ciudad en la que ya vivían dos de sus hermanos. Su plan era temporal: trabajar un tiempo, ahorrar dinero y regresar para apoyar a su padre en el rancho.
Pero todo cambió cuando comenzó a trabajar en una cafetería dentro de Plaza Río. Ahí, detrás de la barra, descubrió una pasión inesperada por el café. Poco a poco, se fue ganando a los clientes por su manera de preparar cada taza, y sin saberlo, empezaba a sembrar las bases de lo que años después se convertiría en Café del Moreno.
En ese momento, en el país comenzaban a organizarse competencias nacionales de baristas en la Ciudad de México. La cafetería donde trabajaba compraba café a Sabarex, una empresa tijuanense liderada por José Cleofas Arreola León, juez internacional y formador de talentos en el mundo del café. Gracias a esa conexión, Félix tuvo la oportunidad de competir en 2002 y quedar entre los 12 mejores baristas del país. Entre 2003 y 2008, representó a Baja California en distintas competencias, siempre destacando por su técnica y dedicación.
En 2008, dio un salto internacional al representar a México en una exposición mundial que lo llevó por Dinamarca, Italia, Ámsterdam, París y Bruselas. En Dinamarca conoció al campeón mundial de baristas de ese momento, de quien aprendió nuevas técnicas y perspectivas que reforzaron su compromiso con el café de especialidad.
Durante esos años en Plaza Río, su reputación creció. La clientela llegaba solo para que él les preparara su bebida. Tanto fue así, que un cliente le dijo un día:
Moreno, cuando abras tu cafetería, no le pongas otro nombre. Ponle Café del Moreno, porque todos decimos “vamos al café del Moreno”.
Ese apodo se convirtió en identidad. Incluso antes de tener un local propio, Café del Moreno ya era un nombre en la mente de sus clientes.
El nacimiento de Café del Moreno
En 2012, gracias al apoyo de un amigo, logró instalar un pequeño puesto con una máquina de espresso y un carrito de churros en el Palenque del Parque Morelos. Fue ahí donde Café del Moreno comenzó a operar formalmente como marca, iniciando un camino propio que poco a poco fue ganando terreno.
Dos años después, en 2014, se le presentó la oportunidad de volver a Plaza Río, pero esta vez no como empleado. Regresó al kiosko donde había trabajado años antes, y ahora, con su propio nombre al frente, consolidó la presencia de Café del Moreno en uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad.
En 2018, el crecimiento continuó con la apertura de una nueva sucursal en el área de Otay, lo que permitió llevar su propuesta a nuevas zonas y reafirmar su compromiso con el buen café.
En un inicio, la cafetería era pequeña, pero la persona que le cedió el espacio, le ofreció la oportunidad de ampliarlo. Lamentablemente, meses después llegó la pandemia de 2020, que sacudió al mundo entero.
La cafetería que resistió la pandemia y sigue conquistando Tijuana
Félix, el “Moreno”, recuerda que en 2020 se vio obligado a cerrar el kiosko de Plaza Río. Sin embargo, la sucursal de Otay apenas comenzaba a consolidarse y, sin pensarlo mucho, les preguntó a sus empleados si querían seguir trabajando. Fue así como improvisaron una pequeña ventana para vender desde ahí, lo que terminó por impulsar aún más el crecimiento de Café del Moreno.
“Todas las cafeterías cerraron y yo no cerré. Entonces todos pasaban y veían abierto, la gente empezó a llegar y comprar café. Les empezó a gustar el trato, el sabor y cuando terminó la pandemia, abrí el lugar y se llenó completamente”, expresó Félix.
El buen Félix, asegura que él siempre quizo fundar algo donde la gente siempre lo recordara. Y en sus palabras agregó: “y sin querer queriendo, dijera el Chavo del 8, lo logré”. También hizo mención de como el logo de su cafetería, el cual lo representa, es ese sello que quedará grabado por siempre en quienes consuman su café, incluso cuando él ya no esté.
“Estoy muy agradecido con Tijuana. Es la ciudad bendecida por Dios, aquí no tiene el que no quiere porque trabajo sobra. Tijuana para mí se ha destacado como uno de los mejores lugares que existen, con una de las mejores fronteras, que tiene de todo para todo mundo.
A 25 años recién cumplidos de haber comenzado este camino, el “Moreno” no se detiene y está por inaugurar una nueva sucursal.
Con cada taza, Félix sigue dejando huella, y su recorrido (desde Veracruz hasta consolidarse en Tijuana como referente del buen café) lo convierte en un verdadero orgullo migrante. Su historia es prueba de que, con esfuerzo, trabajo y pasión, los sueños no solo se cumplen, también transforman a la comunidad.
