El polémico centro de detención migratoria conocido como “Alligator Alcatraz” abrió oficialmente sus puertas esta semana para recibir a los primeros migrantes, en medio de una fuerte ola de críticas por su ubicación y las condiciones que han sido calificadas como inhumanas.
Situado en plena Reserva Nacional Big Cypress, dentro de los humedales de los Everglades en Florida, el centro ha generado alarma entre ambientalistas, activistas y organizaciones de derechos humanos.
Diversos sectores advierten que su instalación podría tener consecuencias graves para el ecosistema local y representar un riesgo para los propios migrantes detenidos, especialmente al iniciar la temporada de huracanes en la región.
La preocupación también ha escalado por la velocidad con la que se construyó el sitio (apenas ocho días) y por las condiciones de habitabilidad. Se han reportado estructuras temporales como carpas, cercadas por vallas y custodiadas por cientos de agentes, lo cual ha despertado dudas sobre la seguridad y calidad de las instalaciones.
Según EFEverde, la instalación se construyó en un antiguo aeródromo dentro de la reserva, alterando más de 100 km² de humedales. Varios grupos ambientales y tribales han denunciado que el estado no realizó ningún estudio de impacto ecológico. “Esto afecta hábitats únicos y especies en peligro como la pantera de Florida”, advirtió Matthew Schwartz, director de South Florida Wildlands.
Los primeros migrantes llegaron esta semana tras largas jornadas en autobuses sin agua ni atención médica, reportó Infobae. El fiscal James Uthmeier defendió la ubicación. “Si alguien escapa, lo esperan caimanes y pitones”.
Mientras que algunas autoridades insisten en que se trata de una “solución temporal”, activistas ya convocan protestas bajo el lema #StopAlligatorAlcatraz.