La Comisión Federal de Electricidad se prepara para dar un giro histórico en la generación de energía en México: antes de que termine esta década, Baja California Sur contará con dos gigantes termosolares. Estos estarán equipados con almacenamiento térmico, un proyecto que marca una transición energética del país.
El anuncio lo dio la Secretaría de Energía, que confirmó una inversión de 800 millones de dólares para estas plantas. Estas no solo buscan garantizar el suministro eléctrico en la península, sino también romper la dependencia de combustibles fósiles y avanzar hacia el objetivo nacional de que el 35% de la electricidad provenga de fuentes limpias.
La presidenta Claudia Sheinbaum y la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, resaltaron que estas instalaciones serán las primeras centrales termosolares con capacidad firme en México. Lo que significa que podrán ofrecer energía constante, no solo intermitente. Cada planta alcanzará 50 megavatios de potencia y tendrá la capacidad de operar hasta 11 horas seguidas. Esto gracias a un sistema de almacenamiento en sales fundidas y bancos de baterías que aseguran un respaldo confiable.
Un cambio histórico para Baja California Sur
El proyecto representa mucho más que infraestructura: responde a una deuda histórica con Baja California Sur. Una región que durante décadas ha dependido casi exclusivamente de plantas que queman combustibles fósiles. Ahora, con estas dos centrales, la CFE apuesta por una operación más limpia, sustentable y alineada con la lucha contra el cambio climático.
Será hacia 2030, estas dos plantas no solo estarán en funcionamiento, sino que se consolidarán como un símbolo del cambio energético en México. Lo anterior abrirá el camino hacia una red eléctrica más moderna y comprometida con el futuro.
