A través de un comunicado, El Pentágono anunció el retiro de cerca de 700 marines que habían sido previamente desplegados en Los Ángeles, California, junto a miles de elementos de la Guardia Nacional, con el fin de controlar las protestas anti-redadas.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, había estado solicitando desde hace varias semanas la salida de los agentes militares de la ciudad, quienes ingresaron a principios de junio en medio de múltiples manifestaciones sobre los operativos llevados a cabo por el gobierno de Trump contra los migrantes.
“Con el regreso de la estabilidad a Los Ángeles, el secretario [de Defensa, Pete Hegseth] ha ordenado el redespliegue de los 700 marines, cuya presencia envió un mensaje claro: no se tolerará la anarquía“, indicó el portavoz del Pentágono, Sean Parnell.
Parnell alabó el trabajo de los marines diciendo que gracias a su rápida respuesta, su disciplina y su presencia, fueron clave para restablecer el orden y defender el “Estado de Derecho”.
El pasado 15 de julio, Hegseth ordenó la retirada de 2 mil efectivos de la Guardia Nacional de Los Ángeles, sin embargo, quedan 2 mil agentes más por ser retirados.
“Gracias a nuestras tropas que respondieron a la llamada, la anarquía en Los Ángeles está disminuyendo“, dijo entonces Parnell.
Contrario a Parnell, Bass y el gobernador Newsom acusaron que la presencia de estos efectivos sólo contribuyó a agravar la situación en Los Ángeles, ya que ha sido llamada desde hace años como una de las principales “ciudades santuario” en Estados Unidos por su protección a los migrantes.
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