Estados Unidos anunció oficialmente el fin del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 521 mil haitianos, una medida que afectará directamente a quienes residen en ese país desde hace más de una década bajo protección humanitaria. La designación de TPS caduca el 3 de agosto de 2025 y la cancelación entrará en vigor el 2 de septiembre de 2025.
La decisión fue comunicada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el 27 de junio de 2025, bajo la administración del presidente Donald Trump.
El TPS es un programa que permite a personas originarias de países afectados por desastres naturales, violencia o crisis políticas, vivir y trabajar legalmente en Estados Unidos. En el caso de Haití, el beneficio fue otorgado tras el devastador terremoto de 2010, y extendido varias veces debido a la situación crítica del país.
La secretaría de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció la cancelación de este estatus de protección debido a que al consultar con colaboradores de agencias gubernamentales se determinó que las condiciones de Haití ya no cumplen con los requisitos legales del TPS. La decisión se tomó basándose en la evaluación de condiciones existentes en Haití generada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos y en consulta con el Departamento del Estado.
“Las condiciones ambientales y políticas han mejorado lo suficiente en Haití como para considerar viable el regreso de sus ciudadanos”, declaró el DHS en un comunicado oficial
¿Esta cancelación podría generar una ola migratoria en Tijuana?
La decisión de Estados Unidos de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Haití, a partir de el 2 de septiembre de 2025, podría alterar significativamente los flujos migratorios en la frontera sur, con un impacto notable en las comunidades fronterizas.
Cuando el TPS finalice, los ciudadanos haitianos que estaban protegidos por este programa y no obtengan otro estatus migratorio legal en Estados Unidos se encontrarán en una situación vulnerable. La postura oficial del gobierno de Estados Unidos es que estas personas será sujetas a deportación a Haití. Esto significa que se espera que un gran número de haitianos, que han vivido legalmente en el país durante años, pierdan su protección y se les regrese a su país de origen.
Dada la situación de inseguridad y crisis humanitaria que persiste en Haití, es poco probable que muchos de ellos deseen o puedan regresar a su país de origen. Ante esta realidad, y considerando la próxima deportación, podría observarse un desplazamiento de algunos hacia la frontera con México. Esto, en lugar de un retorno a Haití, se daría con la esperanza de buscar protección o una oportunidad de reingreso a Estados Unidos.
Históricamente, Tijuana ya ha sido un punto de confluencia para migrantes haitianos, especialmente durante la crisis migratoria de 2016-2017. La ciudad está geográficamente posicionada como una puerta de entrada a Estados Unidos, lo que la convierte en un destino natural para quienes están buscando una oportunidad de volver.
En conclusión, aunque Estados Unidos busca deportar directamente a Haití se desconoce qué decisiones y destino tomará cada ciudadano.