Um tiroteo fatal contra un perro de 3 años llamado Max, a manos del Departamento de Policía de Santa Ana (SAPD), ha generado una gran indignación, y tanto su dueña, Luce Vega, como defensores animales y vecinos de la comunidad exigen transparencia y justicia.
En una entrevista para el medio KTLA, Luce Vega relató que un agente de la policía le disparó a Max en cuatro ocasiones y lo golpeó con una porra. Los hechos ocurrieron el pasado 30 de julio, durante una respuesta policial a un llamado por una disputa familiar dentro de la propiedad.
La dueña asegura que su perro nunca había mostrado signos de agresividad y que los oficiales reaccionaron de forma exagerada por miedo. “Max era muy juguetón, le encantaban los niños, siempre estaba con ellos. Era hiperactivo y curioso, pero nunca mordió a nadie, ni fue agresivo” expresó.
Aunque el SAPD sostiene que el agente involucrado fue atacado por el perro y disparó en defensa propia, su dueña argumenta que los agentes juzgaron mal el comportamiento del animal. “Quizás se asustaron porque mi perro es grande. Pero no nos dieron la oportunidad de meterlo dentro de la casa; simplemente empezaron a dispararle” mencionó.

¿Cuál es el testimonio de la familia?
La noche del tiroteo, los agentes llegaron a la casa de la familia en Orange Avenue, en California. Como la puerta del patio estaba abierta, un video de seguridad muestra a Max corriendo hacia los agentes. En cuestión de segundos, se oyeron los disparos. “Simplemente salió corriendo y le dispararon. No nos esperaron ni nos avisaron; no nos dejaron intervenir” expresó Vega.
Después de los primeros disparos, Max se escondió debajo de un coche y, tras escuchar la voz de su dueña, corrió hacia ella, momento en el que, según testigos y la familia, recibió más disparos. Vega también asegura que los agentes la amenazaron con usar una pistola eléctrica cuando intentó acercarse al perro y que ordenaron a los personas alrededor que dejaran de grabar.
La policía se llevó a Max al Hospital Veterinario de Irvine sin informar a la familia, que tardó más de tres horas en localizarlo. Al llegar, se les dijo que la gravedad de las lesiones hacía que la eutanasia fuera la opción más humana, por lo que tuvieron que tomar la decisión de dormirlo.
Exigen justicia para Max
La familia busca ahora una investigación formal y que el Departamento de Policía de Santa Ana reevalúe sus protocolos. “Quiero que asuman la responsabilidad de lo que han hecho“, declaró Vega. “Si hay justicia para un perro policía, ¿por qué no puede haber justicia para nuestros perros?”.
La organización animal PETA ya está revisando el caso, y la etiqueta #JusticiaParaMax ha ganado alcance en redes sociales. Hasta el momento, la policía de Santa Ana no ha emitido una declaración o comunicado.
