La Guardia Costera de Estados Unidos interceptó el sábado 6 de julio un bote que intentaba ingresar ilegalmente a tres migrantes por la costa de Imperial Beach, al sur del condado de San Diego.
Durante labores de vigilancia marítima de rutina, los oficiales detectaron una embarcación aproximadamente 16 pies que navegaba de manera sospechosa. Al acercarse, el piloto del bote intentó escapar, lo que provocó una persecución en altamar.
Para detener la huida, los guardacostas dispararon al motor de la embarcación con fuego controlado, una táctica conocida como “disabling fire”. La maniobra detuvo el bote sin causar heridos.
A bordo viajaban tres migrantes y un operador, todos de nacionalidad mexicana. La Guardia Costera los trasladó a tierra firme y los entregó a la Patrulla Fronteriza en la estación de Ballast Point para su procesamiento.
Este caso se suma a una serie de intentos de contrabando marítimo que las autoridades han detectado en la región. La Guardia Costera advierte que estas travesías no solo violan la ley, sino que también ponen en grave riesgo la vida de quienes se embarcan en ellas.
Aumentan cruces marítimos en el sur de California
Desde el inicio del año fiscal en octubre de 2024, la Guardia Costera del Distrito 11, que patrulla la costa sur de California, ha interceptado 260 embarcaciones sospechosas llevando migrantes, en comparación con las 561 interceptaciones registradas.
En los últimos tres meses, estos encuentros se han mantenido en un ritmo de aproximadamente dos botes al día, lo que suma cerca de 200 intercepciones hast ahora. Solo en lo que va de 2025, las tripulaciones han rescatado o interceptado al menos a 241 personas que intentaban cruzar por vía marítima en 16 incidentes reconocidos oficialmente.
Además, durante los primeros seis meses del año, se han reportado varios casos graves, incluyendo un naufragio cerca de Torrey Pines con víctimas mortales. Cerca de 277 embarcaciones detectadas han dejado 983 aprehensiones desde octubre pasado, según Reuters.
Estas cifras muestran un patrón creciente en los intentos de ingreso marítimo, lo que ha llevado a las autoridades a reforzar los recursos: han triplicado el despliegue de embarcaciones y aeronaves y han coordinado interdicciones con la Armada y la Patrulla Fronteriza.