El Banco de México y la Casa de Moneda de México anunciaron oficialmente que a partir de 2025 se pondrán en circulación nuevas versiones de las monedas de 1, 2 y 5 pesos. El cambio forma parte del Programa Institucional 2025-2030 y busca reducir costos de producción, adoptar materiales más sostenibles y modernizar el sistema monetario sin alterar su uso cotidiano.
Las monedas actuales, que pertenecen a la llamada “familia C”, han estado en circulación desde 1996. Durante casi tres décadas se han fabricado con aleaciones de bronce y aluminio, pero su producción se ha vuelto cada vez más costosa para el Estado.
Por ello, las nuevas piezas estarán hechas con núcleos de acero recubiertos con bronce mediante un proceso de electrochapado, una técnica que permite mantener su color y apariencia característica, pero con un costo significativamente menor.
De acuerdo con la Casa de la Moneda de México, esta medida permitirá ahorrar entre 300 y 400 millones de pesos al año en la fabricación de monedas. Además, el cambio responde a criterios de sustentabilidad, ya que se reducirá la huella de carbono y se fomentará el uso responsable de materiales dentro de una economía circular. Aunque habrá nuevas monedas, Banxico confirmó que las actuales seguirán teniendo valor y podrán usarse sin ningún problema. No será necesario cambiarlas, ya que ambas versiones coexistirán durante un tiempo.
El proceso de sustitución será gradual y se desarrollará a lo largo de los próximos cinco años, hasta 2030.
¿Cambiará el diseño y características físicas?
El diseño no cambiará visiblemente, por los que difícilmente notarán la diferencia al recibirlas o usarlas en la vida diaria. Banxico explicó que, a pesar del crecimiento de los pagos digitales, el uso de efectivo continúa siendo fundamental en México, especialmente en regiones donde el acceso a servicios financieros es limitado.
Por eso, la actualización de las monedas busca garantizar un suministro más eficiente y económico sin afectar a la población.
Con esta medida, México se suma a otros países que han optado por modernizar la composición de sus monedas, como Canadá o diversas naciones europeas, que han incorporado materiales más ligeros, duraderos y sostenibles.
