¿Te imaginas caminar por calle y encontrarte con la mirada de un desconocido y no saber si sus intenciones son malas o en realidad se trata de un agente encubierto? ¿Caminar por una plaza y no poder distinguir entre un vendedor y un policía disfrazado? Esa es la nueva visión de seguridad que propone el diputado Jorge Ramos Hernández para Baja California.
Se presentó una reforma para permitir legalmente que agentes de policía operen como infiltrados en espacios públicos. Según él, esta medida servirá para combatir delitos de alto impacto como el narcomenudeo, el robo de autos, o incluso el acoso en el transporte público.
Pero hay un detalle que parece no incomodar al diputado: al legalizar las operaciones encubiertas, no solo aumenta la desconfianza hacia quienes nos rodean, también se abre la puerta para que verdaderos delincuentes se hagan pasar por agentes encubiertos. En un escenario así, ¿cómo distinguir entre un policía encubierto y un criminal aprovechándose de esa misma figura?
Aparentemente, según la visión de Ramos “confianza ciudadana” es igual a no saber si el vendedor de tu cuadra está grabando tus conversaciones para un operativo secreto o si un delincuente se hace pasar por un policía encubierto.
¿Cómo funcionará esta “joya: legislativa? de Jorge Ramos
La iniciativa busca adicionar un nuevo artículo a la Ley del Sistema Estatal de Seguridad Ciudadana para autorizar oficialmente las llamadas “operaciones encubiertas”. Los policías podrían actuar como taxistas, vendedores ambulantes o hasta aparentar ser personas sin hogar. Todo esto bajo el argumento de que así podrán acercarse más fácilmente a las redes criminales.
Según se explicó, esta modalidad permitirá que los agentes encubiertos se infiltren en entornos delictivos haciéndose pasar por integrantes de estas redes. El objetivo es conocer desde adentro cómo operan, identificar a sus miembros y obtener pruebas que sirvan para llevar a los responsables ante la justicia.
Eso sí, el diputado asegura que habrá un protocolo “muy riguroso” y que los agentes solo actuarán con órdenes claras y bajo supervisión.
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¿Quién va a autorizar estas “misiones secretas”?
El plan contempla que el Secretario de Seguridad Pública, el Fiscal General y fiscales regionales puedan delegar y coordinar estas misiones. La ley promete que todo estará regido por principios como legalidad, confidencialidad y pertinencia. Sin embargo, no se detalla cómo sabremos si esas reglas se están cumpliendo sin generar un clima de sospecha permanente en las calles o que se preste a ser utilizado por delincuentes.
Lo que se busca combatir
La propuesta pretende atacar delitos como:
- Narcomenudeo
- Robo de vehículos
- Corrupción
- Peculado
- Asociación delictuosa
- Secuestro
- Homicidio
- Desaparición forzada
Según Jorge Ramos, estas medidas harán que los delincuentes se sientan perseguidos y que la ciudadanía recupere la paz. Aunque muchos podrían preguntarse si no pasaremos de vivir con miedo a los criminales a vivir con miedo de hablar con cualquiera.
La reforma podría entrar en vigor en agosto. Y si eso ocurre, Baja California se convertirá en el escenario perfecto para la desconfianza. Porque con esta brillante estrategia de seguridad, lo único seguro es que ya no sabremos en quién confiar.
Conoce los detalles en este video de Odilón García: