El senador demócrata por California, Alex Padilla se enfrentó a los agentes de seguridad y fue sacado por la fuerza de una rueda de prensa de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en Los Ángeles, California.
Padilla irrumpió durante la conferencia y se acercó a Noem con la intención de hacer algunos cuestionamientos: “Soy el senador Alex Padilla. Tengo preguntas para la secretaria. Porque la cuestión es que media docena. ¡No toquen!” se escuchó gritar al legislador mientras era rodeado por las fuerzas del orden.
Tras ser cuestionada por la expulsión de Padilla, Noem aseguró ni siquiera conocer al senador. “No solicitó una reunión conmigo, ni hablar conmigo, pero cuando salga de aquí tendré una conversación con él.”

Cabe destacar, que el líder demócrata fue retenido por agentes federales y expulsado de la sala, donde posteriormente, fue esposado y tirado al suelo. La cuenta oficial de Homeland Security mencionó lo siguiente:
El senador Padilla optó por una actuación política irrespetuosa e interrumpió una conferencia de prensa en vivo sin identificarse ni llevar su insignia de seguridad del Senado. Recibió repetidas órdenes de retroceder y no obedeció. @SecretService pensó que era un atacante y los oficiales actuaron como correspondía. La secretaria Noem se reunió después con el senador Padilla y mantuvo una conversación de 15 minutos.
Gobernador Gavin Newsom emite posicionamiento
El gobernador de California, Gavin Newsom calificó el incidente como “dictatorial y vergonzoso”.
“Alex Padilla es una de las personas más decentes que conozco. Esto debe terminar ya”, escribió en sus redes sociales, seguido de un segundo post donde menciona lo siguiente: “Si pueden esposar a un senador estadounidense por hacer una pregunta, imaginen lo que harán con ustedes”.
Padilla, hijo de inmigrantes mexicanos, ha sido una de las voces más firmes en defensa de los derechos de los migrantes y las comunidades latinas en California. Recientemente, ha criticado las acciones del Gobierno Federal por el despliegue de militares en respuesta a las recientes protestas en el condado de Los Ángeles.
